Así como todos somos diferentes, nuestra dientes también.

Con la edad aumenta lo amarillenta de nuestros dientes, esto se debe a que va disminuyendo el esmalte.

Los dientes no son blancos sino que tienen tonalidades más amarillentas, grisáceas, entre otras. Este valor determina la longitud de onda reflejada en el diente.

El valor o luminosidad hace referencia a la cantidad de claridad o brillo que existe.

El café, el té, tabaco, el vino tinto y una deficiente higiene bucal alteran su color.

Las variaciones del color dental que podemos encontrar vienen determinadas por:

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